Tener un lavaplatos ordenado es imprescindible para hacer un buen lavado. Poner cada pieza en su sitio y colocar la cubertería de forma adecuada ayudará a realiza un lavado eficiente. Te contamos cómo.
Lo primero que haremos es decidir que meter y qué no en el lavavajillas. Por ejemplo, las sartenes es mejor lavarlas a mano para prolongar su vida. Después comenzaremos colocando correctamente la cubertería. Pondremos los mangos siempre hacia arriba para evitar cortes, por ejemplo con los cuchillos, cuando los saquemos del lavaplatos. Además, ahorraremos tiempo a la hora de vaciar el lavavajillas.
Por otro lado, el lavado colocado en el cestillo inferior es más caliente e intenso, de modo que pondremos en él lo más sucio, incluidas ollas y cacerolas. La cristalería, tazas y piezas delicadas van en el superior. Tendremos la precaución de que no se solapen unas con otras para que salga todo limpio e intentaremos hacer siempre un buen uso de los carriles. Introduciremos los platos en orden y los agruparemos por tamaños.
Una vez que hemos ordenado el lavavajillas, ya sólo nos queda seleccionar un producto de calidad que combine tres ingredientes:
1. Polvo para eliminar los restos más difíciles
2. Gel para un acabado reluciente
3. Un concertado para una limpieza más profunda.
Porque cuando tenemos la vajilla sucia con manchas resecas y grasa pero además cristales delicados nos surge la duda sobre si usar polvo o gel, con las pastillas el problema queda resuelto ya que obtendremos el resultado perfecto. Cuidado y limpieza profunda a la vez.
Cosas que no deberíamos meter en el lavaplatos
Aunque es cierto que hoy en día casi todas las vajillas y cuberterías son aptas para el lavaplatos, presta atención a que estas tengan una etiqueta en la que especifiquen que son aptas para el lavavajillas. Por otro lado, hay algunas cosas que, aunque se pueden introducir, prolongarás su vida útil si no lo haces.
• Cuchillos de cocina: para evitar su oxidación y algún que otro rayón, lo ideal es que lo laves tras su uso y lo seques con un paño. ¡También aumentará tu seguridad!
• Sartenes de hierro fundido o antiadherentes: evitarás su oxidación y su cualidad antiadherente. Además, recuerda no echarlas agua fría tras su uso, espera a que se enfríen antes de lavarlas para que te duren más.
• Cucharas y espátulas de madera: algunas si tienen un tratamiento para que se puedan lavar en el lavaplatos, otras no. Asegúrate antes de meterlas al lavavajillas.
• Cubiertos dorados: es probable que tras muchos lavados pierdan su color. Sucede lo mismo con vajillas, copas y tazas que tengan algún baño dorado.
• Recipientes de aluminio desechable: Aunque lo reutilicemos, es un material que no está pensado para ello y pueden producirse daños en forma de manchas negras. Sucede algo parecido con los envases de plástico.
• Latas o tarros con etiquetas: con el calor se desprenderán y terminarán en el filtro del lavavajillas. ¡Y no quieres que eso pase!
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