Además de las tareas de higiene habitual en tu hogar o local comercial, es imprescindible llevar a cabo una limpieza general cada cierto tiempo, sobre todo después de la vuelta de vacaciones. Para ello, deben estudiarse las características y condiciones del espacio a limpiar para establecer un plan de trabajo y priorizar cada tarea.
Plan de trabajo para una limpieza general
Para empezar, necesitamos contar con todos los productos e instrumentos necesarios para la limpieza general, sea doméstica o de un local comercial. Para limpiar el hogar contaremos con una escoba, recogedor, esponjas y cepillos. A su vez, para limpiar en profundidad una infraestructura mayor, se necesitarán equipos mecánicos más especializados. De cualquier manera, se trata de empezar por los espacios más sencillos, tales como dormitorios y el comedor, hasta las más complicadas, como baños y cocina.
Ventanas y cristales
Se debe continuar con las ventanas, limpiando a fondo los cristales con un producto especializado para eliminar las manchas, el polvo y la suciedad. Del mismo modo, deben conocerse los productos específicos de cada uno los muebles para evitar dañarlos. Para evitar limpiar el suelo dos veces, debe realizarse al finalizar todas las demás tareas.
Baños y cocina
Las partes más complicadas de la limpieza siempre son los baños y la cocina, ya que necesitan un mayor trabajo por sus características. En GESTIRIOJA contamos con los instrumentos necesarios para encargarnos de ellos en caso de que se quiera ahorrar esfuerzo en la limpieza. De todos modos, se debe limpiar estas áreas constantemente con jabón y desengrasante para hacer el trabajo más llevadero. Realizar una limpieza general cada cierto tiempo ayudará a mejorar el aspecto del lugar.
Recuerda que si planificas las tareas para realizar una limpieza general cada cierto tiempo, el mantenimiento de tu hogar o local comercial resultará más cómodo y sin ninguna sobrecarga de trabajo.
GESTIRIOJA somos profesionales de la limpieza en Logroño. Utilizamos los productos y materiales adecuados para obtener los mejores resultados y dejar tu hogar o local comercial impecable.
Estos son algunos trucos que tengo para mantener la casa ordenada y limpia. Poner en marcha todos estos hábitos de golpe puede resultar contraproducente y desmotivador. Lo ideal es ir gradualmente poniéndolos en marcha, uno por uno.
Guardar tus cosas en cuanto llegues a casa (abrigo, bolso, cartera, etc..).
Mantener las superficies planas libres de objetos (mesas, escritorios, encimeras…).
Tener un lugar para cada cosa, y poner todo en su lugar inmediatamente.
Hacer las camas todos los días.
Recoger antes de ir a dormir y antes de salir de casa.
Limpiar la ducha, el inodoro y el lavabo del baño después de cada uso (sólo se tarda un par de minutos).
Ordenar durante 15 minutos todos los días. Tener un tiempo para esto y hacerlo rápidamente. Implicar a toda la familia (incluso podéis hacer competiciones).
Colgar la ropa o ponerla en el cesto de forma inmediata.
Sacar la basura todos los días.
Mantener los fregaderos limpios y brillantes (lavar los platos inmediatamente, dejar el fregadero limpio después).
Tener una bandeja de entrada donde poner todos los papeles (post-its, facturas, papeles de la escuela…), y vaciarla cada día.
Cada vez que preparas té o café, pon en orden la cocina. Son sólo un par de minutos, pero ayuda a mantener el orden.
Recoger la mesa y lavar los platos justo después de comer.
Elimina todos los objetos decorativos que puedas.
Cuando estás cocinando (y tienes algo en el horno o en los fogones) aprovecha para limpiar algo (barrer o fregar el suelo, quitar el polvo, limpiar la nevera). ¡Cuidado que no se te queme la comida!
No traer nuevas cosas a casa. En todo caso utilizar la regla de “uno entra, dos salen”: por cada objeto que entra en casa, deshazte de dos.
Reduce tu espacio de almacenamiento: así acumularás menos.
Entusiasma a mantener la casa ordenada y limpia a tus hijos y a quienes convivan bajo tu mismo techo.
Usa el mínimo de prendas de ropa posible, como por ejemplo 33.
La caja un año: Mete en una caja todos aquellos objetos que tienes duda de qué hacer con ellos. Sella esta caja y guárdala durante un año. si durante ese año no has tenido que abrir la caja, tírala sin abrirla. Seguramente no recordarás lo que hay en ella.
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